CÓMO PREVENIR EL ACOSO ESCOLAR (BULLYING)



Psic. José Moisés Chávez Zamora
Docente de la Facultad de Psicología
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

El acoso escolar (bullying) existirá mientras la cultura escolar no cambie y sea el triste
reflejo de una cultura social contaminada de antivalores: intolerancia, irrespeto,
desigualdad, individualismo, indiferencia, odio, violencia, ignorancia, irresponsabilidad,
deshonestidad, etc. Proponemos un cambio cultural en la escuela fomentando el
aprendizaje cooperativo basado en la teoría vigotskiana de la naturaleza social de la
mente. Este cambio cultural no podrá darse si no se maneja la variable más importante
del desarrollo humano: el tiempo. El manejo de esta variable depende de decisiones
gubernamentales en políticas económicas, educativa y laboral a favor del desarrollo
humano.    
 ¿QUÉ ES EL ACOSO ESCOLAR (BULLYING)?

Etimológicamente bullying deriva del inglés “bully” que significa matón o bravucón. El primero en emplear el término bullying en el sentido de acoso escolar fue Dan Olweus en la década de los ’70. El bullying es una forma de maltrato intencionado y persistente de un alumno hacia otro sin que medie la provocación. Estas conductas agresivas son básicamente de origen sociocultural, pues, están determinadas por una situación de discriminación de la identidad de un alumno concerniente a su raza, color, minusvalía, nacionalidad, sexo, orientación sexual, religión o cualquier otra característica distintiva.  
La situación de acoso escolar tiene los siguientes protagonistas: una víctima que sufre las agresiones; uno o varios agresores que ejercen abuso sobre la víctima; los observadores, generalmente compañeros, que contemplan los hechos y que por diversas razones callan; los adultos, que no están suficientemente alertas para detectar a tiempo la situación de acoso que sufre la víctima (Losada y otros, 2008). La falta de protagonismo de los adultos (falta de comunicación y ausencia de su figura de autoridad) es una de las causas más importantes del bullying. Por ejemplo, los observadores (niños de primaria) callarán porque no saben qué hacer si nunca fueron concientizados sobre el tema.          

Según Lupe García (2008), no se debe confundir el acoso escolar con actos antisociales, agresiones episódicas o indisciplina. El bullying implica las siguientes condiciones:  
 Continuidad: las acciones de agresión son persistentes.
 Temporalidad: las agresiones tienen una estabilidad en el tiempo, a veces  duran toda la etapa de escolaridad.
 Intencionalidad: existe discriminación y propósito de hacer daño.
 Desequilibrio de poder: se produce una relación de dominio (agresor) y  sumisión (víctima).  


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